Vida activa

La Vida Activa: servir al mundo desde la entrega total a Dios

Una de las llamadas más importantes del pontificado de Juan Pablo II ha sido la nueva evangelización: un compromiso que requiere entusiasmo, dedicación y unidad de todo el pueblo de Dios. Sacerdotes, religiosos y laicos están convocados a esta tarea, que solo puede realizarse en comunión auténtica, respetando la diversidad de carismas y vocaciones.

Dentro de este panorama, los religiosos de Vida Activa constituyen un potencial extraordinario para la misión de la Iglesia:

“También en nuestros días los religiosos y las religiosas representan una fuerza evangelizadora y apostólica primordial en el continente latinoamericano… La presencia de la vida consagrada es un enorme potencial de personas y comunidades, de carismas e instituciones… para impregnar las culturas, defender los derechos humanos y promover integralmente a las personas”
Carta apostólica a los religiosos de América Latina, 29 de junio de 1990, n. 3

Los religiosos de Vida Activa no solo testifican la vida evangélica, sino que la hacen presente en medio de la sociedad, llevando la luz de Cristo donde más se necesita.


¿Qué es la Vida Activa?

La Vida Activa se define como la forma de vida religiosa en la que los miembros se dedican principalmente a obras de caridad y apostolado. A diferencia de la Vida Contemplativa, centrada en la oración y la meditación, la Vida Activa busca vivir el Evangelio a través de acciones concretas, siguiendo el ejemplo de Jesús:

  • Enseñanza y educación

  • Atención a enfermos y ancianos

  • Obras sociales y asistencia a los marginados

  • Evangelización y catequesis

“El primer medio de evangelización para los religiosos es conformar cada vez más la propia vida a la persona y al mensaje de Jesucristo”
Discurso a las superioras generales de Europa, 17 de noviembre de 1983


Características de las religiosas de Vida Activa

Quienes optan por la Vida Activa poseen cualidades distintivas:

1. Compromiso con el servicio:
Viven entregadas a los demás, especialmente a los más necesitados.

2. Versatilidad apostólica:
Participan en diversas actividades según el apostolado de su congregación, desde educación hasta atención médica.

3. Vínculo comunitario:
La vida en comunidad fortalece la fraternidad, la oración compartida y el apoyo mutuo.

4. Espiritualidad activa:
Combinan oración, vida sacramental y acción apostólica, equilibrando contemplación y servicio.

“La Iglesia espera de los religiosos y religiosas un impulso constante y decidido en la obra de la nueva evangelización, ya que están llamados cada uno según su carisma a difundir por todo el mundo la buena nueva de Cristo”
Carta apostólica a los religiosos de América Latina, 29 de junio de 1990, n. 24


Formación de las religiosas de Vida Activa

La formación se realiza en etapas, buscando profundizar la vocación y discernir la entrega definitiva:

  • Postulantado: Introducción a la vida comunitaria y al apostolado.

  • Noviciado: Formación más profunda en espiritualidad, carisma y reglas de la congregación.

  • Profesión temporal: Votos temporales renovables, mientras continúa el discernimiento.

  • Profesión perpetua: Votos de por vida, consagrando totalmente la existencia a Dios y al servicio del prójimo.

Esta formación garantiza que las religiosas puedan responder a los desafíos de la nueva evangelización con eficacia y coherencia.


Estilo de vida y lugares de misión

Las religiosas de Vida Activa viven en comunidades abiertas: conventos, parroquias o centros comunitarios, interactuando con la sociedad. Su día combina:

  • Oración: Momentos de encuentro con Dios.

  • Trabajo comunitario: Tareas de la casa y vida fraterna.

  • Servicio apostólico: Educación, salud, asistencia social y evangelización.

“La acción misionera depende de vuestra formación misionera… nadie atestigua más eficazmente los valores evangélicos que quienes hacen profesión de vida consagrada con donación total a Dios y disponibilidad para servir al hombre y a la sociedad”
Redemptoris Missio, nn. 69-70


Funciones principales en la Iglesia

Las religiosas de Vida Activa actúan directamente en la sociedad, llevando el Evangelio al mundo:

  • Educación: Escuelas y colegios católicos.

  • Salud: Atención a enfermos y enfermería.

  • Trabajo social: Apoyo a los pobres y marginados.

  • Evangelización: Catequesis y misiones locales e internacionales.

Su labor es complementaria a la Vida Contemplativa, que sostiene la Iglesia desde la oración y la intercesión. Juntas permiten a la Iglesia cumplir su misión: servir y evangelizar integralmente.